martes, septiembre 29, 2009

Pájaros de barro (o Insoportable Relativo Todo)

No creo los consejos elaborados en otras mentes porque ni siquiera soy capaz de creer los que me doy yo para ¿justificarme?. No los creo porque no sé si se aproximan siquiera al pálido reflejo de la verdad.

(¿Qué es la verdad?)

La sinceridad absoluta como una apuesta demasiado alta. Y la tortura de continuar creyendo en ella, a pesar de todo. Pero en la jerarquía de mi torre mental –que pocos comprenden ahora- se sitúo primero un intento de entendimiento ( …a pesar del dolor de la búsqueda).

[La pureza (destrozada ya por completo) es ahora una obsesión torturadora.]

Y la racionalidad derrotó a los impulsos. Al menos anoche. (¿O fue la culpa? o… ¿El miedo a que mi reciente (o reincidente) y envolvente inestabilidad emocional rociase tu estabilidad/claridad y te envenenase y te arrastrase también a este abismo gris?) Al menos entre las estrellas del cielo de hoy, que en realidad es anoche, y que en realidad no importa. Si me hubieras buscado, si hubieras encontrado y rebuscado entre mis ojos terrosos… habrías caído en un remolino cruel y sucio, muy sucio. Muy sucio de mí, de mi pérdida y de mi yo perdido. Arrastro demasiado barro. Pero tú no diste la vuelta a los zapatos para palpar el barro ni miraste la mierda de debajo de la cama. Porque el edredón y el decorado es demasiado bonito… y nadie piensa nunca que detrás… entre los huecos de mis venas, entre el aire sereno que expulso o entre el aparente orden de mi yo… que detrás pueda haber tantos ahogos diarios en ese mar de relatividad que convierte todo en océanos difusos.

Pero ese barro confuso es sólo mío. Esa tristeza transitoria quedará sepultada cuando limpie el barro y barra debajo de la cama… Pero ojalá fuera tan fácil como limpiar el barro de un zapato…Es mucho más complicado. Uno no va a quitar el barro a un zapato y piensa qué es el barro o se siente culpable por llevarlo bajo el zapato o piensa qué significa su zapato… Pero uno sí reflexiona sobre sus… (Buscando la palabra), sobre la verdad de sus… (Buscando la palabra), sobre si debe de sentir culpabilidad o puede entenderse, sobre si ése barro manchará a otros…

Pero más allá de la metáfora… lo que pesa es una indestructible y asquerosa ruptura con la inocencia transparente de otros tiempos. Que dolía lo mismo que todo lo doloroso después de esa ruptura pero quizás angustiaba menos ¿o liberaba más?

Me persiguen argumentos a favor y en contra pero a la hora de las nubes nocturnas, a la hora de la luna… la realidad juega al escondite conmigo, y la vida (de todo menos real en cuanto lo que real tiene de opaco y de inaccesible…) se vuelve irreal y loca y sin sentido. A mí no se me presentaría un lobo a decirme que el caos reina. A mi se me presentaría un mago irónico a decirme que la realidad no existe, que nunca, nadie, sabrá jamás que pasó en verdad o que fue lo que sentimos exactamente en un determinado momento. Y eso me enloquece.

Me enloquece que me inunden sentimientos tan relativos… tan efímeros… Me entristece tener que dar la razón a Márquez en que “el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera”. Eso es lo que más entristece. Que invocáramos, que pusiéramos todo, absolutamente todo en el fuego de la ilusión… para al final mascar cenizas entre lágrimas afiladas.

24-09-2009

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