sábado, septiembre 05, 2009

La hora del lobo siempre vuelve

Escribo que me escondo y es desde ese escondite desde el que muestro todo.

Los locos, a medida que comprenden más, van perdiendo la capacidad de llorar. Lo irracional les abruma y les tortura en el tránsito de su digestión. Una vez digerida la irracionalidad que nos domina, la frialdad nos congela. Más bien, nos paraliza.

Pero la capacidad de emocionarse subyace en el fondo, y aún quedan teclas capaces de activarla. Sólo hace falta un instante para que esa locura se transforme en la mayor de las corduras y en la más acertada de las realidades, y entonces, desde la percepción de nuestra condición, lo que nos emociona son los truculentos caminos por los que el ser humano es vapuleado constantemente…

...y los sentimientos, los sentimientos...

La simplicidad sólo existe en las mentes simples que ocultan lo complejo y lo retorcido bajo llave.

¿Cómo somos?
Pero sobre todo, ¿quiénes somos?

Permanecemos y nos modificamos/moldeamos constantemente. Hasta el punto de que esa modificación, ese moldear como si fuéramos plastilina, nos esconde de nosotros mismos en cuevas de soledad oscuras, horriblemente oscuras…nos pierde.

Me gustaría tocar el fondo de esa cueva para ver si estoy allí…

Somos tan incontrolables que la destrucción obstruye con facilidad nuestro camino. No, nunca hay cuerdas suficientes para proteger nuestra red. Sí las hay, son tremendamente engañosas.

No hay que olvidar que bastan unas décimas de segundo…

"Y es que claro, el pecho, el cuerpo no es nunca más que uno; pero las almas que viven dentro no son dos, ni cinco, sino innumerables; el hombre es una cebolla de cien telas, un tejido compuesto de muchos hilos".

"Si observamos desde este punto de vista al Lobo estepario, nos explicamos por qué sufre tanto bajo su ridícula duplicidad. Cree, como Fausto, que dos almas ya son demasiado para un solo pecho y habrían de romperlo. Pero, por el contrario, son demasiado poco, y Harry comete una horrible violencia con su alma al tratar de explicársela de un aspecto tan rudimentario."

"En el principio de las cosas no hay sencillez ni inocencia: todo lo creado, hasta lo que parece más simple, es ya culpable, es ya complejo, ha sido arrojado al sucio torbellino del desarrollo y no puede ya, no puede nunca más nadar contra corriente. El camino de la inocencia, hacia lo increado, hacia Dios, no va para atrás, sino hacia delante; no hacía el lobo o el niño, sino cada vez más hacia la culpa, cada vez más hondamente dentro de la encarnación humana."

El lobo estepario

2 comentarios:

Liar Nymphet dijo...

"El lobo estepario" me acompañó en esa adolescencia en la que Nirvana y la sociopatía me hacían escribir relatos secos de abuelo bebedor de Bourbon.

Y todavía me sigue acompañando. Porque las odas a la soledad tienen la manía de repetirse obligatoriamente o voluntariamente cada cierto tiempo.

Para mí, tiene su encanto. Aunque a veces, nos suma en las peores de las tristezas.

Bienvenida.

Sandra de Miguel Sanz dijo...

Lo terminé hace poco y la verdad que al final me sorprendió muy positivamente.

Al principio pensaba que era mejor leerlo poco a poco por la tristeza que transmitía, pero el final tratando de animar, de enseñar a reirse un poco de la vida, de vivir...En definitiva, que me ha gustado mucho. :-)

Me gustaron los fragmentos que publicaste en tu fotolog y ya sabes que me fio de ti ;-)

Y bueno, lo del blog, porque como el fotolog parece que va a morir...jej. Pero estaba vaga y estas entradas yas las había publicado...

Lo único que me hice tanto lio con las cuentas de google que ahora te sigo dos veces...jeje

Un besin.