La luz la mano el texto la noche la inquietud
lo no dicho lo dicho de sobra
lo que se oculta
y lo que se grita
La vida Sus remolinos La excitación
del anuncio del verano
Porque es eso, más que nunca,
excitación constante y desbordante
provocada por
el tiempo El aire sensual Las estrellas
sensuales
La brisa agitando
las hojas de un modo sensual
Y esa sensualidad me desborda y
no se donde meterla toda y
vuelvo a necesitar agua mar nieblina salitre
viento, mucho viento. Respirar. Más que nunca
La locura de abril porque no llueve Y
sólo anuncia el verano en lugar de regalarnos
pedazos de su melancolía Intuiciones percepciones latencias
Harta de teorías y de intelectos
Hace tiempo que decidí que no quería ser más Horacio y
que estas carreras nos abocan a ser cada vez
más Horacio y menos Maga
Harta hastiada podridamente hastiada de ver
el cuadro desde fuera
Envidiosa hasta la locura de aquella que nadaba
sin dificultad los ríos metafísicos La vida
Nada más que eso
Sumergirme en las páginas que yo escoja o
que el azar me traiga
Fascinación estética Encuentro punzante Finalidad
sin fin Sonoridad sugerente Palabras bálsamo Luz
bálsamo Y mano bálsamo
Yo no
sé No puedo saber y cada vez sé menos
Estado de flotar Ni atracada ni viento en popa
En suspensión Hasta la próxima
¿Quién me hará caer a tierra?
He tocado fondos He creído encontrarme y
definitivamente me he desencontrado
de nuevo
Siempre acabo desencontrándome Ése es mi
resultado
Esperando que alguien me atraviese
Que comience por el ombligo y termine
sacando su mano por mí espalda
Que extraiga mis entrañas y me las muestre
Porque a mí se me escapan Aunque quizás
las tenga
más cerca de lo que creo
Esta zona sombría de cada uno de nosotros
me asusta un poco
Tanto asomarme a las espirales negras que
al final me voy a caer en una de ellas
Tanta admiración por la noche (nunca fue positiva)
Los enigmas son el primer paso hacia esa
especie de esquizofrenia
que suponen ciertos estados mentales
Y la música, de fondo, como insufladora insolente
de estos estados
Escritura bálsamo Escritura bendita Yo no sé
tampoco quién eres tú
Quien escribe esto ¿Tú o yo?
Creo que vamos a terminar todos locos
Pero no puedo parar de vomitar todo esto
Tanto tiempo dando vueltas en mi zona gris
Tantas y tantas vueltas que, al final,
no te queda otra que vomitar
porque el mundo nos duele de forma sutil
tan sutil que ni nos damos cuenta de
sus pinchazos de sus tristezas que impregnan
todo, absolutamente todo
Porque al final está la muerte y
porque al final no sabemos para qué.
NO LO SABEMOS: ¡Eso es lo más cierto!
Que llevamos preguntándonoslo desde siempre y
seguimos sin tener ni idea Y
al final ¡plaf! Simplemente
desapareces Tiene algo de aterrador
Como las entrañas. Que están ahí
tan puras, tan primitivas, tan simples, tan nítidas,
tan viscerales… pero, al final
¿quién logra asirlas?
¿Quién logra explicarlas?
Nadie, eso es lo cierto.
Que nadie puede explicar lo que se mueve ahí
dentro o
al otro lado de la desaparición del agujero