sábado, noviembre 22, 2014

14 de Marzo

No me explico. Contemplo el vacío. En el silencio, la nada, el fluido. Somos un fluido extinguible, tangencial, convergente. Fugaces. Nada. Nothing. Rien.
No quiero que se extinga el humo del último cigarrillo para no quedarme tan a solas, con tanto silencio, con tanto abismo: de la insoportable levedad del ser a la insoportable emocionalidad del ser.
Me sigue doliendo el cuerpo. Aún. No se pasa. Supongo que hay algo tuyo todavía circulando por mis poros. Aun cuando ya no sé qué puede ser ese “tuyo”, aun cuando ya no sé quién eres, quién eras, si es que alguna vez lo supe.
Nos despedimos después de ver despedazadas las alas del deseo.
Me hubiera gustado vomitar menos mierda desde entonces. Pero no puedo. No me sale. Tuve un tiempo de enfrentarme, de saber permanecer a solas con todo este dolor. Pero ahora siento resurgir la inquietud. Regurgita. La noto borbotear, desde lejos.
Los almendros en flor me alegran. También los matorrales amarillos me conmueven. Pero me esquivo entre tanta belleza. Soy un flujo, me digo. No sé siquiera si soy. Pero estoy. Aun desdibujada, de alguna manera, floto a medio camino entre la realidad y la irrealidad.
No sé muy bien qué es que. Hay mañanas en que tardo en ubicarme. En asentarme en esta realidad que ahora vivo.

Recuerdo México nublado. México se torna cada vez más sueño, cada vez más recuerdo, cada vez más… no sé. Es difícil de explicar.
Y siempre, siempre vuelvo al tránsito, a la torre de vigía desde la que veo llegar lo que viene, lo que se va, el sinsentido.
Me pierdo en esta configuración errática. Vago. Tropiezo. Bailo. Río. Me siento despedazada, algo mediocre, algo inerte…
No hay proyecto, no hay seguridad.
¿Qué hay?
Ser ser ser y no ser nada al mismo tiempo.
Es esa contradicción. El no-ser se descubre en el ser. La existencia de las plantas justifica su presencia. Pero nuestra presencia, ¿quién la justifica? ¿Acaso las risas? ¿Acaso las palpitaciones? ¿Acaso las caricias?
Me gustaría moverme, abrazarte (no, no a ti), llevarte a flotar conmigo, extirparme de mí misma cuando la nada viene a comerme (que viene).

14 de Marzo del 2014

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