jueves, agosto 19, 2010

Esquejes

“Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada”

-José Hierro

***

“Y ahora todo amenaza con volverse real”, como diría Nacho Vegas desde su tristeza casi intrínseca.

Pero real… ¿De qué? ¿Cómo? Y sobre todo, ¿para qué? ¿es posible?

Quizás no haya ningún tipo de realidad posible salvo esos suspiros en la nuca que nos recorren y nos dicen.

Las resacas me confunden y se confunden. Estas fechas son, cada vez más, un vómito de todo. De subir hasta lo más alto para después dejarnos caer con contundencia. Echarnos a nosotros mismos de nosotros mismos. Vaciarnos de todo lo susceptible de doler.

**

Ahora toca volver a emprender la búsqueda. Vagas (y vagas tanto que podrías escribirlo con B porque parece más acolchada para dicha actividad) por el ciber espacio y por el supuesto espacio tangible (que con frecuencia tampoco somos capaces de aprehender).

Ausentas tus ojos, que recorren las páginas de la Universidad de Chile, de la de Santiago, de la Sorbona… Pero sabes que no te irás (Falta de medios.... o quizás de ese estímulo que obligue a tu neurona a decidir...). A pesar de que echas infinitamente de menos Paris y Cortázar no te sabe igual aquí en España porque aquí no te tropiezas cada dos por tres con Horacio ni con la Maga.

[[“Pero en el fondo sé que todo es falso, que estoy ya lejos de lo que acaba de ocurrirme y que como tantas otras veces se resuelve en ese inútil deseo de comprender, desatendiendo quizá el llamado o el signo oscuro de la cosa misma, el desasosiego en que me deja, la instantánea mostración de otro orden en el que irrumpen recuerdos, potencias y señales para formar una fulgurante unidad que se deshace en el mismo instante en que me arrasa y me arranca de mí mismo. Ahora todo eso no me ha dejado más que la curiosidad, el viejo tópico humano: descifrar. Y lo otro, la crispación en la boca del estómago, la oscura certidumbre de que por allí, no por esta simplificación dialéctica, empieza y sigue un camino.

De todos modos, logra transportarte, colocar en tus manos lo inasible.

[…] como si el recuerdo sirviera de algo despojado de esa otra fuerza que en el restaurante Polidor había sido capaz de anularlo como pasado, mostrarlo como cosa viva y amenazante, recuerdo escapado de su dogal de tiempo para ser, en el mismo instante que desaparecía otra vez, otra forma diferente de vida, un presente pero en otra dimensión, una potencia actuando desde otro ángulo de tiro.

Y pre-sientes que tus pensamientos volaron alguna vez, hace tiempo, por su cabeza, después por sus páginas… Y nadie logró nunca explicarte esas sensaciones ni esas preguntas vagas que a veces se cuelan bajo tu cuero cabelludo como lo hace él.

[…] Pensar era inútil, como desesperarse por recordar un sueño del que sólo se alcanzan las últimas hilachas al abrir los ojos; pensar era quizá destruir la tela todavía suspendida en algo como el reverso de la sensación, su latencia acaso repetible.”

-Julio Cortázar]]



Entonces sientes la necesidad imperiosa de tratar de comunicar esto. Pero todo lo ves lejano, difuso, complicado.



Incentivos, ese estímulo que te haga decidir.

No hay comentarios: