sábado, abril 03, 2010

Ya no hay limbo

La sensación de ir cayendo en penumbra,
quizás también de envilecerse.

Ya no hay sitio en cualquier sitio,
ya no hay limbo.

Ya no hay pensamientos adaptables,
ni potencialmente omnipresentes.

La perversión se asomó anoche
por una puerta efímera

pero cuando comprendí
cuán absurdo era todo,
esa espera literal de la nada -o de lo ya conocido-
(en medio de un amanecer vacío
impregnado de vodka)... :

escapar, escapar...
salir corriendo de esta jaula endogámica y cansada,
muy cansada de sí misma


Ahora el vodka parece batirse en duelo con el humo,
con ese aire asqueroso que absorbimos aún a pesar del
dis-placer provocado. ¿Qué queríamos?
¿Esbozar un tangible del absurdo?


Veo las historias recubiertas de otra textura, de otro aire...
Y los recuerdos (los recuerdos de gestos) siguen punzando las durezas
de una soledad cada vez más enviciada de sí misma, cada vez más orgullosa,
más cruel, más celosa en su cuidar de la guarida

Pero que tampoco escapa a la absurdez, tampoco... supongo...

1 comentario:

L dijo...

Sí, gracias por pasar. También este lugar es interesante.

Un saludo